Mitos de la region del Pacifico y Andina

EL BUQUE FANTASMA: Es un fantasma marino que aparece por la noche en forma de barco muy iluminado, en las inmensas aguas del litoral Pacífico, en el pueblo de Guapi. Cuando los habitantes de ese pueblo lo ven, dicen: “Ahí viene un barco” pero al día siguiente preguntan por él y al no hallarlo, se dan cuenta que se trata de una aparición. “ El marabele”-como se llamaba el buque fantasma- es tripulado por personas que hacen pacto con el diablo para conseguir dinero. Existe la creencia de que la persona que mira de cerca al buque fantasma queda ciega o enloquece para siempre y muere en medio de gritos espantosos, tanto así que los perros aúllan desesperados y los animales corren sin rumbo fijo. El buque fantasma navega a toda máquina y sin descansar y todo se estremece a su paso, dejando a la naturaleza sumida en el terror.

LA TUNDA: Es un ser misterioso que toma forma de mujer. Vive en la selva rodeado de animales como arañas gigantes y moscas que pican. No duerme y se la pasa volteando la cabeza de un lado a otro. Los habitantes del litoral Pacífico tienen la creencia de que la tunda nació de una relación del diablo con una mujer negra. Este misterioso ser tiene un pie humano y el otro en forma de molino, el cual cuando está al frente de alguien y por ello, la única forma de descubrirla es por su pata de molino. La tunda se le  aparece en forma de mamá o de alguien famililar a las niñas solitarias, aunque tambien se presenta a las personas adultas. Los que la han visto pierden el rumbo y terminan perdidos en la selva. Para “desentundar” a las víctimas es necesario hacer conjuros tocando un bombo  y platillos y para protegerse de ella, hay que rezar una oración con lo cual, ella se aleja.  

LA MADRE MONTE: Se trata de una mujer de buena apariencia, con porte de gran señora, bastante alta, de sombrero vistoso adornado de pluma y vestida toda de verde. Guarda adentro de su ser una ira muy terrible y se oculta bajo grandes tempestades e inundaciones para destruir las cosechas, ahogar a vacas y terneros y causar daños a todas aquellas personas que rondan sus dominios. Ella destroza los alambrados de quienes pelean por los linderos de las fincas, castiga a los que roba y a los aventureros en el amor. A los niños desobedientes, su castigo se manifiesta en una especie de alucinación y mareo con lo cual, empiezan a desesperarse, se arañan en su rostro, rompen la ropa y sufren otras alteraciones. Para liberarse de la maldad de la madremonte es conviniente andar fumando un tabaco y llevar un bejuco amarrodo a la cintura.   

LA MUELONA: Ella presenta como una mujer muy hermosa pero su boca está provista de unas enormes muelas con las que hace daño. Persigue a los hombres que son enamoradizos y en medio de los caminos solitarios los seduce, apoyada en su condición de mujer bonita los hombres se dejan llevar por el juego de la seducción, caen inocentemente en su trampa y luego son llevados a un lugar apartados donde los devora triturándolos con su aguda dentadura. Ella acosa a los borrachos y a los que andan solos por el monte, y en algunas ocasiones se escucha el triturar de sus dientes.



LA PATASOLA: En la espesa montaña de la cordillera andina habita un misterioso ser llamada la patasola, que avanza silenciosamente dando grandes saltos en una  sola pata, como alma en pena en busca de mineros y caminantes que se encuentran en la montaña y han invadido sus predios. Los aterroriza transformándose en una bestia haciéndoles maldades como tumbarles sus plantaciones y cultivos, provocando vendavales. En ocasiones se les presenta a los hombres como una bella dama, los atrae con engaños a la montaña hacia una aventura de enamoramiento y placer sin decirle ni una sola palabra y utilizando sólo la mirada. Luego se convierte en una horrible mujer con ojos de fuego y una inmensa boca con dientes muy afilados con los que devora a los hombres en un instante. Este mito pertenece a los departamentos de Antioquia y Tolima.