Mitos del Valle

LA VIUDA: La viuda es un fantasma nacional y creemos que se la conoce en otros países de América. Esa sombra negra que se cruza las calles oscuras y que emerge desde la penumbra en las casas abandonadas tiene una rara historia, cuyo origen, según lo afirman ancianos versados en estas cosas de espantos y aparecidos, se remontan a la Colonia, y el escenario de los hechos en una de las antiguas ciudades del Valle del Cauca. Que sea Santiago de Cali, Buga, Toro o cualquier otra ciudad, no tiene importancia. El caso es que  figura en la leyenda el nombre de una cura de almas llamado Tomás Diaz Guerrero, quien fué párraco de esa ciudad en 1672 y coincide con la visita del Ilustrísimo Señor Obispo de Popayán, que también por aquel año hizo a la mencionada ciudad del Valle.

MAL DE OJO: Daño que una persona causa a otra con sólo mirarla con mala intención; también es válido para los animales y plantas. Se cree que algunas mujeres adquieren ese terrible poder sobre todo cuando están en embarazo. Para contrarestar esto se debe dibujar la figura de un cuerno con los dedos índices y meñique, sin ser vistos por la persona que se desconfía. También se cuelga del cuello del niño, o de una de sus muñequitas un collar y brazalete de chaquiras indígenas apropiadas para el caso (los indígenas saben preparálas) o cuernitos de coral. Dicen que las personas a quienes se les hizo el mal de ojo, poseen la frente más salida que de costumbre. Es conveniente, también, para contrarestar este mal vestir a los niños de rojo.

LOS SAPOS Y LAS RANAS: Estos están asociados a los rituales para atraer la lluvia y la fertilidad de los campos. Existe la creencia de que los sapos croan, es señal de que va a llover; cuando un sapo carretero canta, habrá crecientes en los ríos; cuando las ranas cantan o croan muy seguido, es presagio de que seguirá el invierno y si un croa en una casa, en su interior, es presagio de que se tiene es de buena suerte. Según los cambios del clima, los campesinos colombianos creen que si los sapos cruzan saltando por los caminos, se avecina la lluvia; y si las ranas croan a medio día,  el tiempo va a empeorar. Para curarse de la ericipela, frotarse la parte enferma con la barriga de un sapo vivo. El mal se traslada al sapo, que muere casi instantáneamente.